Es hora de acabar con la ilusión de que la matriz carcelaria que nos mantiene atados es una máquina compleja que se conserva viva gracias a un enorme número de seres malignos que se encargan de mantenernos en la hipnosis y la esclavitud mental. Nadie salvo nosotros mismos sostiene la estructura de la matrix. Ella palpita en nuestros arquetipos y creencias, en nuestras emociones y hábitos, en nuestras aficiones y enfermedades. Tanto si eres de derechas como de izquierdas, sindicalista o anarquista, revolucionario o conservador, estás luchando por dominar el mismo mundo, cambiando tan sólo los detentadores del poder, las leyes que lo rigen y las jerarquías establecidas. Pero la matrix siempre permanece, es el paisaje en el que tomamos decisiones, la cultura que pervive detrás de todas nuestras acciones, una manera de ser, comportarse y creer. La civilización occidental es la esencia de la matriz reflejada, en la que hasta la luz del Sol oculta en vez de revelar, ilumina por fuera y hace sombra en vez de ser la esencia iluminada de todo lo creado. Lee el resto de esta entrada »